D-Day 3

D-Day 3

Quiero empezar este “Diario de una treintañera” de hoy con una reflexión.

Cuando nos empeñamos en limpiar un espejo en donde nos reflejamos porque no nos devuelve una imagen nítida de nosotros mismos, y seguimos limpiando el espejo, dando por hecho que es culpa del espejo, a veces un gesto tan simple como quitarte las gafas de tu realidad y limpiartelas es lo que hace que todo cobre sentido, al final ese gesto tan cotidiano y que seguro que a muchos que usamos gafas o lentillas hemos sentido alguna vez de pensar que el objeto que intentamos ver esta sucio y limpiamos y sigue igual y luego vemos que eran nuestras gafas y las limpiamos, nuestra reacción más primaria es reírnos y decir algo como “joder que estupidx, era tan fácil como limpiarme las gafas”

Pues eso es lo que pasa la mayoría de las veces con nosotros mismos, cuando tratas tanto de limpiar tu alrededor pensando que los demas son el problema, quizas debes de quitarte las gafas y limpiártelas para darte cuenta de que el problema eras tu.

Y no pasa nada, esta bien, es una lección de humildad que a mucha gente le cuesta asimilar, a mi hubieron años, incluso antes de los 30 que me enseñaron mucha humildad, tambien debo de reconocer que tuve las mejores maestras a mi lado aportando las mayores lecciones en mi vida, que han sido mi hermana y mi madre, entiendo que cuando estaba en el peor momento ellas desde su prisma y sus gafas me intentaron dar los mejores consejos y estoy eternamente agradecida, y quizas ahora despues de varios años comprendí que mi hermana había sido siempre fuente de mis mayores miedos pero tambien de mis mayores lecciones, y tómese la palabra “miedos” no como algo negativo, si no como algo que me daba miedo afrontar, porque sabia que tenia razon, y no quería absorber sus palabras pues sabia que algo me harían cambiar, incluso aunque supiera que era bueno para mí, me negaba a verlo.

Asi que cuando estaba pasando por aquellos años primerizos de los 30 en donde me puse metas y al mismo tiempo limites y aun asi me tragaba mis palabras aceptando cosas y situaciones que no quería porque obviamente debía hacerme responsable de mí misma y de mi situacion, fue cuando mas empece a escuchar a mi hermana, además del psicólogo.

A veces mi hermana venía a casa solo para hablar, y siempre me acababa dando una lección de humildad, algo de lo que aprender, algo de lo que debía recapacitar y era cuando se lo comentaba a mi psicólogo y tratábamos sobre ello.

Y entendi que había muchas cosas que había absorbido de las personalidades de mis padres debido a mi crianza, y eso que fui de la familia una de las que mas quisieron proteger a pesar de todo, y quizas para cuando yo nací las cosas en casa eran diferentes, aunque aún hubiese momentos, con abusos psicológicos, tensión, manipulación psicológica por parte de mi padre, y el hecho que provocó que me fuera de su casa, etc.

Fui consciente de cuanto había absorbido de la persona que menos quería absorber, sin quererlo tenia ciertos rasgos que debía modificar y otra vez, fui consciente de que no importa cuantos años pasaran, las huellas de mi padre ya habían sanado físicamente pero psicológicamente seguían ahí, y fue otra cura de humildad tras otra, y limpiarme las gafas tantas veces como fuese necesario y asumir cosas de mí que venían de donde venían, ser consciente de ellas y cambiarlas.

Hay una frase que se dice mucho cuando una persona empieza a vivir en otro pais despues de haber nacido y haberse criado en el suyo propio que dice algo asi como: “tal persona salio de su pais, pero el pais no ha salido de ella”. Y es muy cierto, por eso dicen que somos el conjunto de todo lo que aprendemos en nuestra infancia y juventud ya no solo por como te criaste y que absorbiste durante esos años en tu pais y ambiente cultural si no tambien a nivel, familiar y personal.

Asi que me tocó darme cuenta de que, si quería dejar de tener limitaciones conmigo misma y con quien quería ser, debía de seguir aprendiendo muchísimas cosas, y tambien modificar muchas otras que me limitaban, despues de haber escuchado durante toda mi vida frases que me habían modificado y experiencias que sin quererlo me habían condicionado.

Decidí romper con todo eso, por eso es tan importante responsabilizarnos de nosotros mismos, solo tu eres la responsable de limpiar tus gafas y seguir, y desde ese momento decidí que hacer cada vez que algo se enturbiara, ¿culpar a los demas o mirar mis gafas?

Limpie mis gafas, tome distancia y di un repaso a todos mis años hacia atrás, analizándome a mi y aquellas circunstancias y me di cuenta de que aquella ya no era yo y tampoco eran las circunstancias, y que debía darme cuenta que con la nueva Lucy que tenia delante del espejo no podía seguir asumiendo los mismos patrones, asi que cogi el toro por los cuernos, y trabajé en mí, y en lo que quería conseguir, me puse metas a corto y largo plazo, y me comprometí conmigo misma, me miré al espejo totalmente limpio, me sonreí y fui amable conmigo misma y dije:

Este es solo el comienzo…

Y aquí me ves, con lagrimas en los ojos escribiendo este diario, agradeciéndome por todo aquello, pero tambien agradeciendo a todos los que siempre me quisieron ayudar y a su vez me apoyaron. Entre ellos, a todas esas personas que conoci durante mis primeros años de los 30 en Hellotalk que de ahí vinieron la gran mayoría de mis seguidores, a mi mejor amigo Ruben, a aquellas primeras ARMYS que conoci que aun tengo contacto con ellas y hablamos de vez en cuando, siempre siempre siempre estaréis conmigo, porque tambien fuisteis el comienzo de todo.

Os quiero 3000

Si habéis llegado hasta aquí, solo daros las gracias, quizas esto sea algo que me ayude mas a mi que a nadie, pues me ayuda a conectar conmigo misma y tener presente mi crecimiento, pero espero y deseo que esto de alguna forma ayude a alguien más, y si no, al menos os ayude a conocerme un poco más.

Mil gracias, y pronto nos veremos en otro ¡diario de una treintañera!

Un abrazo.

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